Hijo de la Ballena Blanca (Semblanza de Francisco Coloane)
Pablo Neruda, el gran poeta universal de Chile, bautizó como el "Hijo de la Ballena Blanca" a este enorme chilote de largas y albas barbas y de vozarrón imponente que es Francisco Coloane, Premio Nacional de Literatura 1964. El extraordinario autor de Cabo de Hornos, nació en Quemchi el 19 de julio de 1910; su padre fue don Juan Agustín Coloane, viejo lobo de mar, capitán de barcos pesqueros y su madre, doña Emiliana Cárdenas, campesina diestra en las labores de la tierra, experta en montar a caballo y usar revólver.
Nuestro autor inició sus estudios en la escuelita rural de Huite y luego cursó las humanidades en Ancud y en el Colegio Salesiano San José de Punta Arenas. Ya joven, fue capataz de estancia y marino de la Baquedano. Desde los 19 años escribe en diversos diarios y revistas, tales como "El Magallanes", "Las Últimas Noticias", "Zigzag" y otras.
Alguna vez, a Jorge Teillier —otro grande de nuestras letras— le dijo:
"Soy un simple narrador de acontecimientos que me ha tocado presenciar, sufrir o inventar, o me han contado. Nunca he sabido bien por donde empiezan la invención y la verdad".
Lo cierto es que sus libros sí saben captar la atención desde la primera página y se hace imposible dejarlos, hasta que acaban, quedando nuestra imaginación plagada de barcos, mares, canales, puertos, estancias y una geografía humana portentosa e inolvidable.
Cuenta Lafourcade que en una ocasión, dando una charla a niños de una pequeña escuela rural, sorprendió a todos: ocurrió que el director hizo una densa y difícil introducción y Carlos Ruiz Tagle, su acompañante, les habló del amor a la naturaleza, logrando captar la atención, pero no el entusiasmo de los pequeños auditores, asustados ya por el discurso del director. Hablo luego Coloane —un gigante lleno de pelos y voz de trueno— y dijo:
"—¿Ustedes han visto las culebras por aquí en el cerro?
—¡Síííí! —respondieron todos a coro—
—¿Y han visto conejos?
—¡Síííí!
—Bueno, si ven a una culebra comiéndose a un conejo, ¡tienen que defender al conejo!
—¡Síííí!
—Agarran la culebra de la cola, la bornean como si fuera un lazo y cuando esté bien mareada, toman una piedra y le dan en la cabeza"
Esos niños, de seguro, nunca olvidaron esa parábola de mucha solidaridad y escasa ecología.
Es que Coloane es así, un hombre notable, forjado en el contacto diario y a veces despiadado de la naturaleza, pero con esa sabiduría tan propia de nuestro pueblo.
En el último tiempo varias editoriales europeas, especialmente francesas, han empezado a publicar sus libros y la crítica literaria gala se llenó de elogios para este "gran escritor chileno que, inexplicablemente, no conocíamos", lo comparan con Salgari y otros grandes de la literatura de aventuras. Pero él sigue inmutable, lejos del bullicio de la ciudad, en su amada tierra chilota.
De su extensa bibliografía destacamos: Cabo de Hornos (1941); El último grumete de la Baquedano (1941); Golfo de Penas (1945); La Tierra del Fuego se apaga (1945); Tierra del Fuego (1956); El camino de la ballena (1963); El témpano de Kanasaka (1968); El chilote Otey y otros relatos (1971) y Rastros del Guanaco Blanco (1979), entre otros.
Francisco Coloane Cárdenas, el Hijo de la Ballena Blanca, está próximo a cumplir 92 años y sigue fuerte como un roble o, como dijo Lafourcade, como un "gigante lleno de pelos".
© Profesor Benedicto González Vargas
1 Comments:
GRAN BLOG!!!
Llego acá extrañamente desde el mercurio que publicó los blogs de alumnos en toma.
Muy buenas semblanzas y de mucha utilidad. ¿Le molestaría que se tomaran prestadas? Digo, me pueden servir para algún taller o algo así (soy psicólogo).
Saludos
CHAU
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