Un maestro del cuento infantil (Semblanza de Hernán del Solar)
Nap y Moisés son dos perros policías —no policiales— y Mac es un microbio, aunque desconocido. Por cierto que también hay reyes, como el rey de los atunes y soldaditos de plomo. Es en este mundo fantástico y maravilloso en el que surge la obra de uno de los maestros de la narrativa infantil chilena: Hernán del Solar, Premio Nacional de Literatura 1968.
Nació en Santiago el 19 de agosto de 1901, en el seno de una familia acomodada y bien constituida. Fue un excelente alumno en el Colegio San Juan Bautista de la Salle, donde llegó a dominar la lengua francesa a tal punto que, años más tarde, pudo convertirse en traductor ocasional de todo tipo de textos en ese idioma.
A los dieciocho años de edad aparece su primer libro: Senderos (1919), luego El hombre gris (1923). En 1937 junto a Salvador Reyes, Enrique Délano, Ángel Cruchaga Santa María y Manuel Hübner Bezanilla, funda la famosa revista "Letras". Colaboró, además, en las revistas "Zig Zag"; "Margarita", "Excelsior" y los diarios "El Debate", La Nación y El Mercurio, en estos dos últimos fue destacado crítico literario. Su enorme amor por los niños lo impulsó a formar y dirigir junto a Francisco Trabal la Editorial Rapa Nui, que alcanzó a editar 47 obras dedicadas exclusivamente al público lector infantil.
Su extensa y variada labor como articulista de diarios y revistas lo llevó a utilizar, al menos, una docena de pseudónimos como Peter Kim, Oliverio Baker, Aldo Bleu y otros. Su aporte en el ámbito del ensayo, aunque menos destacado hoy, fue tan relevante como el que hizo a la literatura infantil. En este género destacan con nitidez Índice de la Poesía Chilena Contemporánea (1937); Poesía Chilena en la primera mitad del siglo XIX (1953); Antología de los hombres y las cosas (1959) y Breve Antología de los Premios Nacionales (1975).
Personalmente, de todos sus personajes, se me han hecho inolvidables Nap y Moisés, émulos aventajados de Sherlock Holmes y Watson; el uno, detective observador y minucioso, capaz de deducirlo todo y de predecir lo que ocurrirá; el otro, ayudante eficiente e ingenuo:
"Eran las cinco de la tarde. La casa estaba tranquila. Nap, el célebre detective de Animalandia,con la pipa entre los dientes, meditaba cómodamente sentado en un sillón junto a una ventana que daba hacia la calle. Moisés, su ayudante, recostado en un diván al fondo del cuarto, leía un libro de aventuras y de vez en cuando lanzaba breves exclamaciones de asombro y de dicha.
De pronto dijo Nap:
—Ahí está el cartero, Moisés.
Y casi enseguida tocó el timbre".
Hernán del Solar, una de las mayores glorias de la literatura chilena en los géneros de narrativa infantil-juvenil y ensayo, falleció en Santiago, a la avanzada edad de 84 años, el 22 de enero de 1985.
© Profesor Benedicto González Vargas
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